Movilización de trabajadores del Astillero: un combate ejemplar que aterroriza a los/as de arriba, porque va en el sentido del 18 de diciembre
Por Carlos Amarilla, desde La Plata
Durante el día de ayer se produjo una violenta represión contra
los trabajadores y manifestantes que se movilizaron repudiando el desguace del
Astillero Río Santiago, una de las grandes empresas estatales que todavía quedan
en pie. El ataque de las fuerzas comandadas por la gobernadora María Eugenia
Vidal, comenzó luego de que algunos policías de civil provocaran a los
manifestantes tirándoles piedras y lanzándoles chorros de agua. ¡Evidentemente,
desde las altas esferas del poder pretendían imponer este escenario, de manera
de deslegitimar la protesta frente a la “opinión pública”, que fue ametrallada
inmediatamente con todo tipo de noticias que hacían referencia a la “intención”
de los manifestantes de “ingresar violentamente a la Casa de Gobierno”!
La multitudinaria movilización empezó temprano, partiendo
desde Ensenada con una caravana y cortes simultáneos en la autopista Buenos
Aires-La Plata. Los uniformados cumplieron las órdenes de Vidal justo cuando la
multitud se ubicaba en frente de las rejas de la Casa de Gobierno Provincial,
lugar en el que los/as miles que habían marchado fueron recibidos/as con una
lluvia de balas de goma y gases lacrimógenos. Esta situación motivó un desbande
momentáneo hacia la Plaza San Martín y el repliegue de la mayoría hasta la
intersección de las calles 7 y 50, que es una de las esquinas tradicionales
para las manifestaciones y/o festejos de la ciudad.
Esta situación obligó a personalidades y militantes de los derechos
humanos a suspender el velatorio de Chicha Mariani, la querida fundadora de
Abuelas de Plaza de Mayo, que falleció sin poder reencontrarse con su nieta,
Clara Anahí. En esos momentos, un patrullero que quiso pasar por encima de los
manifestantes - atropellando a un compañero - fue destruido debido a la
indignación que causó la actitud criminal de su conductor. A partir de este hecho
se desató una verdadera “cacería”, que no pudo prosperar debido a la
combatividad de los trabajadores de los Astilleros, que tienen una tradición de
lucha muy grande y están acostumbrados a este tipo de ataques por parte de las
fuerzas represivas.
Los compañeros y las compañeras se atrincheraron a una
cuadra del lugar, en 7 y 49, utilizando carteles de acrílico para parapetarse
de las balas y gomas quemadas para atenuar los efectos de los gases
lacrimógenos. Los carros de basura fueron lanzados hacia la policía a modo de
precarios “Caballos de Troya” que sirvieron para contener y hacer retroceder el
avance represivo hasta el lugar en el que había comenzado la refriega: las puertas
de la gobernación, aterrorizando a los plumíferos al servicio de Macri, Vidal y
el FMI, que continuaron descargando su ira a través de los medios masivos de “desinformación”.
La admirable experiencia de lucha de estas 3500 familias,
que fueron acompañadas por la izquierda y una porción del pueblo platense,
demostró que se puede y se debe enfrentar no sólo las políticas de ajuste y
saqueo de este gobierno, sino también a sus perros de presa cada vez que estos
son lanzados a la calle para amedrentar a los/as de abajo. Los compañeros y las
compañeras, también fueron capaces de evitar la maniobra que les tendió la policía,
que intentó llevarlos hacia gobernación para encerrarlos/as: “Son re-pillos,
nos quieren hacer una trampa…” nos dijeron algunos de estos camaradas mientras
resistían con un coraje tremendo.
Otra cuestión a destacar fue la negativa a abandonar la
calle de la mayoría en el momento en que la conducción de ATE propuso realizar una
conferencia de prensa en la sede gremial, que está a varias cuadras del lugar
en donde ocurrían los enfrentamientos. Los trabajadores dijeron frente a eso
que: “la lucha está acá…” obligando a sus dirigentes a llevar adelante la rueda
de prensa en la mismísima avenida 7. Gracias a esto, el centro se mantuvo
prácticamente ocupado hasta la noche, rememorando otras gestas históricas.
Los estudiantes y los partidos de izquierda demostraron que ellos/as
son los/as únicos/as y verdaderos aliados/as de la lucha obrera y popular,
aportando compañeros y compañeras e incluso parte de la “logística” que
permitió sostener este ejemplar combate contra el ajuste y la represión. También fue emocionante la llegada de los
trabajadores de la UOCRA en medio de cánticos alusivos a la fraternidad
proletaria: “¡Unidad de los trabajadores… y al que no le gusta, se jode… se
jode!”
Cinco trabajadores del Astillero fueron detenidos - después liberados
después de sufrir apremios y todo tipo de presiones - mientras que otros fueron
derivados a los hospitales de la zona con heridas. Según indicó Marcos
Quiñones, un compañero del Astillero, cinco de estos tuvieron que ser
internados. Como testigo y partícipe directo de lo sucedido, me tocó atender a
una compañera en estado de shock debido a los gases, llevándola hasta un
restaurante para aliviarla con agua y limón, a la espera de la ambulancia.
Luego de la represión, la conducción de ATE decidió declarar
un Paro Provincia del gremio en la provincia, que será acompañado por la
seccional del SUTEBA de Ensenada, una medida que pone de manifiesto la actitud
de la mayoría de los dirigentes sindicales, que miraron y siguen mirando para
otro lado: Ni la CGT ni la CTA decretaron lo que hubiera correspondido ante
semejante situación: ¡Un Paro Nacional con movilización, una manera práctica de
escarmentar a Vidal, Macri y compañía! La
izquierda debe ponerse a la cabeza de esta perspectiva, exigiendo el Paro
Nacional, pero además convocando a un Encuentro Nacional de Luchadores que
resuelva un Plan de Lucha Independiente que sintonice con la “frecuencia” de la
lucha y combatividad del Astillero.
Lo acontecido en la ciudad de las “diagonales”, demuestra
que la resistencia de los trabajadores y el pueblo va en el sentido y la
dinámica de la rebelión del 18 de diciembre, cuando miles y miles protagonizaron
la “Batalla del Congreso”. Este nuevo combate debe hacer reflexionar a las
organizaciones de izquierda y combativas que todavía no se han dado cuenta de esto,
ya que si no asumen este análisis - y las políticas que del mismo se desprenden
- se ubicarán a la retaguardia del proceso revolucionario, facilitándoles a los
burócratas de turno su trabajo de contención y desvío de la radicalización
obrera.
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