En la 60, luchando por la reincorporación de Mariano y por justicia para David

Por Nico Kobane

Cae la tarde en Barracas y el barrio vuelve una y otra vez a traer historias, como cuando unos años atrás, no muy lejos de la cabecera de la 60 Mariano Ferreyra era asesinado por las patotas de Pedraza mientras apoyaba a los tercerizados del Roca.

Hoy, los trabajadores de esta emblemática línea de colectivos, no pueden parar de mirar las fotos de David Ramallo, otro  asesinado, aunque no por las patotas sino por el monopolio del transporte y su sed de ganancia a cualquier costo.

Allí se encuentra Mariano Fernández, uno de los trabajadores despedidos, que se encadenó declarándose  en huelga de hambre para exigir su vuelta al trabajo. En este y otros  días  lo acompaña Eva, la madre de David Ramallo, que sigue reclamando justicia por el asesinato de su hijo. Desde CS charlamos con Mariano y con Eva:

¿Por qué tomaste la decisión de encadenarte?

Soy uno de los 10 despedidos que se produjeron después del asesinato de nuestro compañero de técnica David Ramallo. Me encuentro desde el lunes al medio día reclamando que me devuelvan mi puesto de trabajo. ¡Somos los testigos claves de la negligencia de DOTA!

¿Que argumenta la patronal?

Ellos aducen que protagonizamos, junto a nueve compañeros, “sucesos violentos”, por los cuales también estamos procesados y hubo 20 suspensiones. El problema para ellos, es que somos claves para dilucidar la verdad de lo que le pasó a David.

¿Cómo repercutió en los compañeros tú presencia acá?

Fue positivo, pude contar con el apoyo de los compañeros, que empezaron a ser conscientes de la situación de los despedidos. Ellos saben que David ya no está y que la mejor manera de reivindicarlo es haciendo justicia. Quiero seguir hasta recuperar mi trabajo.

¿Querés darles algún mensaje a tus compañeros de la 60?

Si, necesito su solidaridad, los llamo a que apoyen la lucha de los despedidos, porque la empresa quiere avanzar y no podemos permitirlo. Solo unidos podremos ponerle un freno a la persecución, las suspensiones y los despidos.

¿Eva, que sentís al volver acá, verlo a Mariano y las fotos de David?

¡Mucha impotencia! No poder ayudar como quisiera, la muerte de David, los despedidos, todo es injusto… Antes de su muerte se hicieron varias denuncias sobre este lugar, que no estaba en condiciones, David grabó varias cosas que lo comprueban, pero la empresa hizo oídos sordos. 

¿Cuál es la mejor manera de reivindicar a David?
Yo, como mamá, sé que David no va a volver, por eso lo que quiero es que haya justicia para mi hijo. Quiero ver a estos chicos reincorporados, ellos hicieron muchas de las cosas que yo hubiera hecho y no se los puede culpar de nada. 

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